“[…] Suñol procedía de las capas más humildes del pueblo, trabajando como obrero agrícola, panadero y tractorista. Su biografía está cuajada de hechos, heroicos, que permanentemente estuvieron unidos a una gran modestia. Participó activamente en la lucha clandestina, y en 1956 es detenido y torturado […] hasta que en mayo de 1957 se une al naciente Ejército Rebelde en la Sierra Maestra [...] Rendimos tributo a su entrega total a la causa de la Revolución, a su fidelidad, sin límites a la lucha de su pueblo, a su fidelidad a nuestro Comandante en Jefe y a nuestro Partido. Esa fidelidad a la causa revolucionaria, esa modestia y ese apasionado esfuerzo ante cualquier tarea, esa condición de incansable trabajador y su defensa vertical de los principios revolucionarios, son rasgos que definen la conducta comunista del comandante Suñol”.