Los que están ausentes
Los que están ausentes, son aquellos a los que el verso arropa, en una libre asociación de pulsiones que el poeta crea. En el conjunto, que aquí se corporiza, bajo la firma de Adolfo Ramírez, se deja fluir las inevitables variaciones al silencio, que nos empeñamos en forjar, aquellos que decimos tener como oficio la palabra y, que, como este bardo, descubren ser sólo una tasa de peltre rota, una flor que es bella sin esperar llovizna a cambio, dejándose evocar en el poema por cada muerto sin eco.
Los que están ausentes, son aquellos a los que el verso arropa, en una libre asociación de pulsiones que el poeta crea. En el conjunto, que aquí se corporiza, bajo la firma de Adolfo Ramírez, se deja fluir las inevitables variaciones al silencio, que nos empeñamos en forjar, aquellos que decimos tener como oficio la palabra y, que, como este bardo, descubren ser sólo una tasa de peltre rota, una flor que es bella sin esperar llovizna a cambio, dejándose evocar en el poema por cada muerto sin eco.
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