El árbol de sueños mágicos es el protagonista principal de esta historia con hojas de disimiles colores. Cada hoja colorida guarda un sueño mágico que es a su vez una historia. Esas historias son poemas musicalizados sobre el cariño, el amor, la felicidad, la amistad, la naturaleza..., pero también aspectos negativos de la vida terrenal.
Pelli y Musi son dos simpáticos duendes del bosque encargados de cuidar al árbol encantado y a sus hojas de sueños. Las historias contenidas en cada una de las hojas, son narradas a través de canciones que se escuchan con el toque a un diapasón que las afina y las pone a cantar.
En cada historia hay conflictos. Una de las tareas de Musi y Pelli es evitar que la picara luciérnaga Aga y sus cocuyos malandrines, donde sobresale su mascota Chiqui, no se roben las hojas del árbol mágico.
Al árbol mágico también le crecen las hojas grises de las pesadillas, el miedo, la envidia y la maldad. En la historia, Musi por descuido afina una hoja gris, abriendo la puerta al mundo de las pesadillas. Así aparece la historia y la canción de los Fantasmas.
Los duendes se recuperan del susto y el árbol mágico hace retornar la felicidad con una hoja de cariño y otra portadora de la simpática historia de la gata Marilu. En medio de la alegría reaparecen Aga y su pandilla. También esta vez el Árbol de los sueños mágicos evita que se roben las hojas de sueño. Agotado se va a dormir. Advierte a los duendes que se porten bien y se cuiden de Aga y los cocuyos. Musi y Pelli curiosean entre las hojas y escuchan, con el apoyo del diapasón, la canción de la primavera. Mientras el Árbol duerme reaparecen Aga y los cocuyos que, después de una batalla, logran llevarse una de las hojas azules de la lluvia y el diapasón queda doblado. Pelli y Musi analizan las pérdidas y meditan sobre qué decirle al Árbol encantado. Ambos justifican y minimizan el significado de la perdida de la hoja de lluvia y deciden deshacerse de todas las hojas azules.
Chac, el espíritu de las nubes, se enoja mucho con los duendes y se lleva todas sus nubes de lluvia para darles una lección. El riachuelo se marcha del bosque encantado. Predominan las hojas de pesadilla y aparecen las historias de la envidia y la maldad. Los duendes asustados despiertan al Árbol encantado. La única esperanza es encontrar la hoja azul de sueños que había sido robada por Aga y su pandilla. Musi y Pelli trazan un plan para atraer a Aga y recuperar la hoja azul. Bajo la supervisión del Árbol de sueños mágicos y con la ayuda de todos los duendes del bosque lo logran. La lluvia y el arroyo regresan y con ellos la felicidad expresada en canciones dedicadas al agua, al arroyo, las ranitas, los peces y a la ciudad. Por otro lado, se concreta la victoria del bien sobre el mal y la esperanza en el mejoramiento con la conversión de los cocuyos en depredadores de las hojas grises y guardianes de las hojas de otros colores. La historia termina con la canción Puentes de arcoíris que une a todos los niños del mundo
