Como bien dice Ciro Bianchi: “Para Lezama, la cubana es una cocina con apoyo escaso en el tipicismo y que huye, al mismo tiempo, de lo rebuscado. No se deriva solo de la española, aclaremos. También de la africana y tomó elementos de la cocina francesa, de la china, de la caribeña, lo que dio por resultado una cocina con acento propio [...] que forma parte de nuestra imagen [...]. Hay en su obra obra no pocos ejemplos de lo que él consideraba la voluptuosidad y la sorpresa de nuestra culinaria [...] la mayor parte de los pueblos, principalmente los europeos, fuerzan o exageran una división entre el hombre y la naturaleza. No así el cubano que, al comer, incorpora la naturaleza”.