Keawe compra una botella que tiene en su interior al diablo. Quien posee el recipiente tendrá todo lo que desee, pero si al morir aún la conserva arderá en las llamas del infierno. Sin embargo al conocer el amor y sentirse enfermo de lepra, requiere nuevamente de la magia de la botella. Él y su esposa viven un verdadero tormento para intentar librarse de la botella de manera honesta. Por fin encuentran al contramaestre de un barco, un hombre alcohólico y despreciable, quien desconfiando del protagonista decide estafarlo y adquiere la botella librando a la pareja de su maldición.